The Boys Temporada 4: La sorpresa de los fans por Homelander y la sátira política

La cuarta temporada de ‘The Boys’ ha desatado una ola de críticas de fans que acusan a la serie de volverse «woke». Sorprendentemente, muchos parecen no haber entendido que Homelander siempre fue el villano. Este fenómeno revela una peligrosa brecha en la comprensión mediática.

The Boys, la aclamada y brutalmente satírica serie de Amazon Prime Video, siempre se ha enorgullecido de su falta de sutileza. Desde su primer episodio, ha presentado un mundo donde los superhéroes son productos corporativos corruptos y su líder, Homelander (Patriota), es un narcisista sociópata con delirios de grandeza. Sin embargo, con el estreno de su cuarta temporada, ha surgido un fenómeno desconcertante: una parte significativa de su audiencia parece estar dándose cuenta de esto por primera vez, y no están contentos.

Las redes sociales se han llenado de quejas acusando a la serie de volverse «woke» y de tener una «agenda política», con muchos espectadores expresando su furia al descubrir que Homelander, el personaje que aparentemente idolatraban, es, de hecho, el villano de la historia.

Desde el inicio, The Boys ha sido una crítica mordaz no solo al género de superhéroes, sino a la sociedad contemporánea. La serie ha parodiado sin piedad:

• * El corporativismo y la manipulación mediática a través de Vought International.
• * El fanatismo religioso y la hipocresía.
• * La cultura de la celebridad y la obsesión por la imagen.
• * Y, de manera cada vez más explícita, la política estadounidense, con Homelander convirtiéndose en una alegoría apenas velada de figuras políticas autoritarias y populistas.

El personaje de Homelander, envuelto en la bandera estadounidense y hablando de ley y orden mientras comete atrocidades en secreto (y ahora, en público), nunca fue presentado como un héroe. Fue diseñado como una crítica a la idea de un poder absoluto sin rendición de cuentas.

» El programa es muchas cosas. Sutil no es una de ellas. Si, por ejemplo, piensas que Homelander es un héroe, simplemente no sé qué decirte», declaró Eric Kripke, creador de la serie, en respuesta a las críticas.

La reacción de una parte del público refleja un patrón preocupante en el consumo de medios, donde personajes satíricos o críticamente representados son adoptados como íconos por grupos que no captan la ironía. Ha sucedido antes con figuras como Tyler Durden de Fight Club o Patrick Bateman de American Psycho.

En el caso de Homelander, algunos espectadores se sintieron atraídos por su poder, su discurso anti-establishment y su aparente desafío a la corrección política, ignorando deliberadamente la violencia, el abuso y la inestabilidad mental que definen al personaje. La cuarta temporada, al hacer su sátira política aún más directa —con tramas que reflejan la polarización actual y la desinformación— ha hecho imposible seguir ignorando el mensaje.

Las críticas no se limitan a Homelander. La introducción de personajes como Sister Sage, una mujer negra superinteligente, o la exploración de la bisexualidad de Frenchie, han sido calificadas como «inclusión forzada» por los mismos sectores.

Esta reacción expone una división fundamental en la audiencia:

• * Un grupo que disfruta de la serie por su comentario social, su humor negro y su crítica al poder.
• * Otro grupo que, al parecer, solo veía la violencia y el espectáculo, y que ahora se siente «traicionado» al darse cuenta de que la serie tiene un punto de vista crítico sobre ideologías que ellos mismos podrían compartir.

A pesar de ser calificada por algunos como la temporada «más floja» o con «tramas de relleno», la cuarta entrega de The Boys ha demostrado ser la más provocadora. No por su violencia gráfica, sino por obligar a una parte de su audiencia a mirarse en el espejo que la serie les ha estado poniendo delante durante cuatro años.