Norman Foster, a sus 90 años: así es su relación con la española Elena Ochoa

Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Norman Foster, a sus 90 años: así es su relación con la española Elena Ochoa

Norman Foster, a sus 90 años: así es su relación con la española Elena Ochoa

Hace unas semanas, Norman Foster soplaba ni más ni menos que 90 velas en su tarta de cumpleaños. Lejos de ideas como la de jubilarse, el aclamado arquitecto nacido en 1935 en Stockport, un suburbio a aproximadamente 10 kilómetros del centro de Mánchester, ha sido el elegido recientemente —junto a la artista Yinka Shonibare y el paisajista Michel Desvigne, como explican desde Vanity Fair por un comité conmemorativo para crear una representación de todo aquello que la reina Isabel II significó para Reino Unido. Todo un resto que, sin embargo, no es el primero en su vida.

"Todavía lo tengo todo por delante", decía para celebrar su nueva edad en una entrevista para Architects Journal. Una máxima que le ha acompañado siempre y que no se entendería a día de hoy sin la presencia a su lado de la mujer con la que ha compartido algo más del último cuarto de siglo de su vida y con quien reencontró las ganas de seguir creando y diseñando algunos de los edificios más emblemáticos de sus respectivas ciudades, Elena Ochoa, junto a quien recogió tan importantes galardones como su premio Pritzker o el Príncipe de Asturias de las Artes en 2009.

Es precisamente junto a la reputada psicóloga, mecenas y comisaria de arte gallega —nació en A Pobra de Trives, en la provincia de Ourense, hace casi 67 años— con quien vive su día a día entre Reino Unido, donde tienen un impresionante ático en Londres con vistas al Támesis y donde se encuentra la sede de su estudio de arquitectura; Suiza, con su mansión en St. Moritz diseñada como refugio invernal por el propio Foster en el edificio Chesa Futura; hasta que la vendieron en 2006, en una villa del siglo XVII al este de Niza, en la Provenza francesa; y en España. Concretamente, Madrid.

Es en el conocido barrio de Chamberí donde se encuentra desde 2017 la Fundación Norman Foster, un espacio de investigación y educación arquitectónica cuya sede es el conocido palacete del Duque de Plasencia, un edificio construido en 1912 por Joaquín Saldaña, en una finca de alrededor de 1.900 metros cuadrados valorada en más de 12 millones de euros —Norman la adquirió en 2013 por 9,2 millones— y que Foster remodeló para su organización, que realiza proyectos a escala global. Además, en la capital también tiene su sede Ivorypress, la galería de arte y editorial que Elena Fernández-Ferreiro López-Ochoa (su nombre completo) inauguró en 1996.

Elena, quien actualmente también ostenta la vicepresidencia de la Fundación Foster y la presidencia del consejo de las Serpentine Galleries de Londres, así como forma parte del consejo del MoMA, era conocida como un rostro televisivo. Y es que Chicho Ibáñez Serrador le encargó a principios de los 90 que fuese la conductora de uno de los programas más rompedores, por su enfoque natural y fresco, de lo que había sido un tema tabú. Hablemos de sexo fue historia de la televisión nacional, pero no sería así como se conocerían ella y el arquitecto.

Todo ocurrió mientras ella daba clases como profesora emérita en el King's College de Londres, después de haberse separado en 1994 del escritor, articulista y urbanista Luis Racionero. "Recuerdo entrar en un salón lleno de gente vestida de negro y verle a él, al fondo, con un traje de pana beige", relató Elena sobre cómo fue aquel primer encuentro, en 1994, en una cena de gala en Toledo. Tal fue el flechazo que apenas un par de años más tarde, en 1996, en una ceremonia de carácter íntimo y sin apenas invitados, se casaron.

No era el primer matrimonio de Norman Foster. A mediados de los años 60 se había casado con su compañera en Team 4 —el estudio fundado en 1965 que precedió al actual Foster and Partners—, Wendy Cheesman, con quien tuvo a dos hijos y adoptó a otros dos: Ti, quien hoy en día es un artista reputado, principalmente en Reino Unido, Cal, Steve y Jay, quienes han preferido vivir en un completo anonimato. Desgraciadamente, en 1989, Wendy falleció a causa de un cáncer. En 1991, Foster se casaría en segundas nupcias con la diseñadora Sabiha Rumani Malik en 1991, divorciándose cuatro años después. Ella subastaría años más tarde sus anillos de alianza y aniversario, diseñados por su exmarido, y donaría los beneficios a la caridad.

Norman y Elena tendrían dos hijos: Paola, de 26 años, y Eduardo, de 23. La mayor estudió Historia del Arte y Arquitectura en la Universidad de Harvard, graduándose en 2022. Su extensísimo currículum, según su LinkedIn, le ha llevado a ser, a pesar de su edad, becaria en prácticas en Harper's Bazaar y en diversas galerías de arte de Londres —White Chapel Gallery y Royal Academy of Arts—, Venecia, en la Alma Zevi y la Peggy Guggenheim Collection, y en la Vito Schnabel Gallery de Suiza. También ha trabajado junto a su madre en su editorial y en las Serpentine Galleries. Además, es patrona de la Fundación Norman Foster y el año pasado consiguió ser profesora asistente en la Yale School of Architecture.

Por su parte, Eduardo, educado en uno de los internados más prestigiosos del mundo, estudia hoy por hoy la carrera de Bienes Raíces y Planificación Urbana en la University College de Londres, si bien antes estuvo un año en estudiando Administración de Empresas en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York. Según explican desde la web de la fundación de su padre, de la que también es patrono, ya cuenta con experiencia laboral —desde Vanity Fair detallan que, según dicha información, con 14 años ya habría fundado y administrado con éxito varias empresas— y que actualmente trabaja para Generali Real Estate.

20minutos

20minutos

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow