Miriam Giovanelli: «El día que nació mi hija entendí lo que era el miedo de verdad»

La actriz Miriam Giovanelli ha sido elegida junto a Lucía Rivera embajadora de Sunglass Hut, una firma que, según sus propias palabras, ha estado muy presente en su vida. «Soy fan absoluta de las gafas de sol», dice entre risas. «Así que poder colaborar con una firma que siento tan cercana en mi día a día es una alegría enorme».
Y es que para Miriam, las gafas no son solo para protegerse del sol. Para ella, las gafas van mucho más allá de ser un mero accesorio: «Las gafas dicen muchas cosas. Pueden decir que estás llorando, que estás gritando o que no quieres que te reconozcan por la calle».
Durante muchos años, Miriam fue miope y dependía de gafas graduadas. Tras operarse, se le abrió un mundo nuevo. «Poder ver sin necesidad de llevar gafas me permitió por fin elegirlas por placer y no por obligación. Ahora tengo muchas y me encanta combinarlas con mi estado de ánimo. Me gustan las que tapan bien el ojo, con cristal oscuro... más que por el tamaño, me fijo en el tipo de vidrio».

El vínculo entre gafas y verano es inevitable. Y aunque no es muy de amores estivales —«llevo muchos años con mi marido», cuenta con una sonrisa— el último verano, rodando la serie Matices -que se puede ver en la plataforma SkyShowtime- quedó grabado en su memoria como uno de los más especiales. «El verano pasado rodamos Matices en una hacienda preciosa en mitad de la nada. Todos juntos, conviviendo, trabajando y disfrutando. Le tengo un recuerdo precioso a ese verano».
Este año, sin embargo, las vacaciones tendrán que esperar: está a punto de estrenar la película El Retorno y pasará el verano metida de lleno en un nuevo rodaje. «No me va a dar tiempo a nada», bromea. Su plan ideal para cuando no está trabajando es el deporte, la familia, las exposiciones y los libros. «Me encanta leer. Y volver a la rutina, que suelo abandonar cuando estoy trabajando».
Miriam, que es madre de dos niños, Renata y Lorenzo, reconoce que en la maternidad «lo más duro ha sido el miedo. El día que nació mi hija entendí lo que era el miedo de verdad. Ahora me preocupan más cosas, me da miedo lo que les pueda pasar a ellos o a mí, por no estar con ellos». Pero lo compensa con lo mejor: la crianza. «Me encanta criar. Me caen muy bien mis hijos y mi marido. Lo digo siempre: las tres personas que viven en mi casa me caen fenomenal», comenta entre risas.
No se considera una madre sobreprotectora, pero sí muy conectada con el presente. «Intento no proyectarme demasiado al futuro. Quiero que mi futuro se parezca mucho a cómo estoy ahora. Estoy bien, la gente que quiero está bien, tengo salud, trabajo... ¿Qué más puedo pedir?»
Eso sí, todavía le quedan sueños profesionales por cumplir. Le gustaría hacer comedia, un género que disfruta mucho como espectadora. Y aunque no le gusta verse en pantalla —«porque luego me replanteo todo y me da el bajón»— sigue escogiendo proyectos con la intuición de que cada personaje tiene algo por descubrir.
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