Explosión atribuida al grupo yihadista Al Shabab deja tres soldados en Kenia

Tres soldados kenianos murieron y varios resultaron heridos cuando el vehículo en el que viajaban pisó una bomba colocada en la carretera en el este de Kenia, cerca de la frontera con Somalia, unos hechos atribuidos al grupo yihadista somalí Al Shabab, informó el Ejército.

La explosión se produjo hacia las 13.40 hora local (10.40 GMT) de este martes, 15 de julio, según detalló la prensa keniana, en el condado de Lamu, en la zona de Badaah, que se encuentra en el bosque de Boni, escondrijo habitual de los terroristas.

"Lamentablemente, tres valientes soldados sucumbieron a sus heridas. Estos soldados ofrecieron el máximo sacrificio mientras protegían a los ciudadanos de Kenia", dijeron en un comunicado a última hora del martes las Fuerzas Armadas de Kenia (KDF, por sus siglas en inglés).

"Inmediatamente después del incidente, equipos de seguridad formados por diferentes agencias lanzaron operaciones para capturar a los perpetradores", añadieron las KDF.

Por su lado, el subcomisionado de la circunscripción de Lamu Este, George Kubai, pidió a la población que "coopere" y proporcione a las autoridades cualquier información relevante.

Lamu, donde Al Shabab suele realizar incursiones, había gozado de calma en los últimos dos meses, después de un ataque perpetrado a finales del pasado abril, cuando cinco policías murieron en una emboscada de presuntos miembros de Al Shabab también en el bosque de Boni.

Entonces, el ministro del Interior, Kipchumba Murkomen, afirmó que el Gobierno intensificará las operaciones antiterroristas en la región.

En octubre de 2011, el Ejército de Kenia invadió Somalia tras varios secuestros atribuidos a Al Shabab en su territorio y, en febrero de 2012, se incorporó a las fuerzas de la Unión Africana que combaten a los terroristas junto al Ejército somalí.

Desde entonces, los yihadistas, afiliados a la red terrorista Al Qaeda desde 2012, han cometido numerosos ataques en Kenia.

Al Shabab atenta a menudo en la capital somalí, Mogadiscio, y otros lugares del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).

El grupo controla zonas rurales del centro y sur de Somalia, y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.

Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.