Drama actual, los problemas de salud mental

Tres de cada diez habitantes del país presentaron síntomas de ansiedad y depresión.
Así lo demostró el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que determinó un crecimiento del malestar psicológico en la población en general, con afectación importante entre la juventud.
El trabajo de la UCA analiza la situación de quienes viven en centros urbanos, incluido el Gran Mendoza.
Todo el trabajo es importante porque pasa revista a la situación de la población en su totalidad, aunque este comentario pone el foco en los jóvenes, el grupo etario que compone un segmento estratégico para el crecimiento de un país.
En Mendoza este tema es abordado por el Estado y por eso se dispone de una Dirección de Salud Mental y Consumos Problemáticos, con profesionales y auxiliares que atienden la difícil problemática.
Inclusive desde hace un año, septiembre de 2024, se dispone en el ámbito local de un Programa Provincial para el Abordaje del Suicidio, que ha sido una valiente apuesta para enfrentar un problema que está radicado en la población y que debe ser enfrentado.
Muchas de estas problemáticas se abordaban solamente desde los efectores especializados en salud mental en los centros de salud de Mendoza, pero en virtud de que les resultaba imposible dar respuesta a la complejidad, gravedad y aumento de la demanda, es procedente que exista el área de Salud Mental y Consumos Problemáticos y que se haya creado el programa para atender la problemática de los suicidios.
El propio director de Salud Mental y Consumos Problemáticos, Manuel Vilapriño, explicaba hace un tiempo al medio digital Unidiversidad que cualquier impacto nocivo que reciba una persona, y más si es adolescente o joven, puede dejar una huella en su psiquismo y en su sistema nervioso central.
Esas y otras razones exponen a que cualquier impacto nocivo como el consumo de drogas, el abuso, la separación traumática de los adultos referentes de esos chicos o la falta de oportunidades laborales dignas, deje en ellos consecuencias muy delicadas, que pueden, en alguna ocasión, derivar en quitarse la vida.
Por eso que surgen como procedentes las propuestas a encararse a partir de los primeros encuentros de diagnóstico y tratamiento.
Algunas de esas posibles vías de solución son profundizar el proceso de cuidado de la salud mental, focalizando en la prevención del suicidio. Incluir en la currícula educativa desde el nivel inicial los cuidados sobre la salud mental: transmitir herramientas de comunicación eficaces, informar sobre los derechos, construir herramientas de cuidado mutuo entre pares y con las familias, gestión de emociones, resolución de problemas.
Asimismo, se indica reforzar los espacios grupales de intercambio con los chicos, también con sus cuidadores o familiares, sobre los procesos emocionales, vinculares, anímicos que atraviesan, cómo identificarlos y tramitarlos, aspectos que alivian la ansiedad y permite la reflexión colectiva, el fortalecimiento de las redes y de las relaciones interpersonales.
Como se ve un cuadro de situación que implica un gran desafío, que debe ser mantenido en el tiempo y apoyado con los presupuestos que los problemas de salud mental requieren, en los que habrá que luchar con denuedo contra la violencia familiar y social, así como también por la carencia de trabajo y de una vivienda digna.
losandes