Angola | Luanda: Ira y desesperación por el horrendo coste de la vida
Hay disturbios en Luanda. Según informes de prensa, las violentas protestas en la capital de Angola se han cobrado varias vidas y han causado numerosos heridos, además de cuantiosos daños materiales. Las cifras oficiales están pendientes. Se produjeron enfrentamientos con la policía, que, según el periódico "O País", detuvo a más de 100 personas. Las protestas se desencadenaron por las manifestaciones programadas para el martes y miércoles contra el aumento del coste de la vida. Al mismo tiempo, los taxistas están en huelga desde el lunes para protestar por el alto precio del combustible.
Videos y fotos que circulan en línea muestran bloqueos de carreteras, neumáticos quemados, vehículos y autobuses vandalizados y saqueos de supermercados, todos ellos con gran afluencia de público. Los disturbios, que se prolongaron durante horas en el centro de la ciudad y en los barrios marginales de las afueras, fueron protagonizados principalmente por jóvenes. Según testigos presenciales, la policía intentó dispersar a la multitud con gases lacrimógenos y disparos.
Algunos participantes en los disturbios quemaron carteles con la imagen del presidente João Lourenço, quien regresó el martes de una visita de Estado de tres días a Portugal. Una marcha hacia el Parlamento fue repelida violentamente por la policía, y se desplegó un amplio dispositivo de seguridad en el palacio presidencial.
El transporte público de la ciudad se ha paralizado en gran medida. Muchos bancos y tiendas permanecen cerrados o abren solo unas horas al día. Varias empresas tienen a sus empleados teletrabajando, a la espera de que la situación se normalice.
Luanda lleva semanas sufriendo protestas contra la miseria social y la falta de perspectivas para los jóvenes. Más de 9 millones de los 37 millones de habitantes de Angola, con una edad promedio joven, viven en la metrópoli. La explosiva situación se desencadenó por el aumento de un tercio en el precio del diésel este mes. Por ello, el gobierno del país petrolero del sur de África está reduciendo los subsidios para sanear sus finanzas públicas. Una gran parte de los ingresos estatales se destina a acreedores extranjeros como servicio de la deuda .
Hace dos años, estallaron violentas protestas por los nuevos precios de la gasolina. Los operadores de taxis privados trasladan estos costos de mercado a los pasajeros. En la capital, Luanda, muchos residentes dependen de los miles de candongueiros azules y blancos, minibuses de nueve plazas, que operan rutas fijas.
Desde su independencia hace 50 años, el país ha sido gobernado ininterrumpidamente por el Movimiento de Liberación Popular (MPLA), otrora de orientación marxista. Durante la guerra civil, Angola, con el apoyo de Cuba, logró resistir la invasión de Sudáfrica, un estado del apartheid, y del partido UNITA, respaldado por Estados Unidos. El conflicto con su rival político interno solo terminó con un alto el fuego en 2002. En elecciones multipartidistas, la última vez que el MPLA obtuvo una mayoría absoluta, aunque por un estrecho margen, fue hace tres años.
João Lourenço, reelegido jefe de Estado de la república presidencial en 2022, enfatiza la lucha contra la corrupción en la administración pública y coopera con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La gran mayoría de la población sigue sin beneficiarse de la riqueza del país, además del petróleo y el gas, los diamantes y los minerales.
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