Objetivos climáticos de la UE: cómo la Comisión está creando lagunas

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Objetivos climáticos de la UE: cómo la Comisión está creando lagunas

Objetivos climáticos de la UE: cómo la Comisión está creando lagunas

Una vez más, la Comisión Europea demuestra su ambición en materia de protección climática. Con un nuevo objetivo provisional: para 2040, las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea se reducirán en un 90 % con respecto a 1990. Existe una notable tradición de anuncios, que comenzó en diciembre de 2019. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, habló del «momento del hombre en la Luna» de Europa al anunciar que la Comisión había acordado el Pacto Verde Europeo, con el objetivo de lograr la neutralidad climática de la Unión para 2050.

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Desde entonces, se han producido varias modificaciones al Pacto Verde y se ha producido una reducción de las emisiones de CO₂ significativamente inferior a los objetivos del Acuerdo Climático de París. El hecho de que este nuevo hito pretenda ahora aumentar aún más la ambición también ha creado una tradición notable. Siempre que se hace evidente que la lucha contra los gases de efecto invernadero no avanza según lo previsto, se plantean objetivos aún más ambiciosos para un futuro más lejano.

Hay un enfoque calculado detrás de esto. Los políticos a nivel nacional y europeo no pueden permitirse admitir abiertamente el fracaso de este proyecto, que a veces se considera un desafío para la humanidad o un desafío del siglo. En cambio, prefieren simplemente posponer el momento de la "navegación del hombre en la Luna".

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Pero esta vez, se añade algo más: lo que von der Leyen ahora llama «flexibilidad» es la creación de una laguna que podría alcanzar un tamaño considerable. Los Estados tendrán mayores oportunidades para compensar las emisiones nacionales de CO₂ con proyectos de protección climática en el extranjero.

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Esto podría permitir que un gobierno utilice proyectos de reforestación en países lejanos para obtener margen de maniobra al cerrar centrales eléctricas de carbón o reemplazar antiguos sistemas de calefacción de petróleo y gas. En un escenario extremo, el nuevo objetivo para 2040 podría resultar en una menor protección climática en lugar de una mayor.

La nueva corriente política dominante

Sin embargo, todavía no está claro cómo serán exactamente las reglas para los créditos, tanto en términos de evaluación como de la extremadamente difícil revisión de los proyectos extranjeros.

Lo que está claro, sin embargo, es que esta laguna legal encaja con la corriente política actual en la UE. La protección del clima ha quedado relegada a un segundo plano en la lista de prioridades en un tiempo récord. Y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha intensificado enormemente esta tendencia. Los jefes de Estado y de Gobierno están abordando con enorme urgencia cuestiones de defensa y competitividad de los Estados miembros de la UE, olvidando que una inversión constante en protección del clima podría aumentar significativamente esa misma competitividad.

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Los anuncios de la nueva ministra alemana de Economía, Katherina Reiche (CDU), también encajan con la nueva corriente dominante. En esencia, habla de una protección climática que no se puede pagar a cualquier precio. Esto no significa, por ejemplo, que se detenga la expansión de las energías renovables; más bien, continuará a un nivel más bajo, complementada con nuevas centrales eléctricas de gas para completar de forma rápida y sencilla la urgente reestructuración del sistema energético. De hecho, al eludir el tema, este asunto de enorme importancia solo se está posponiendo.

Es más, en este escenario, una tarea crucial, hasta ahora subestimada, se vuelve aún más difícil: si no podemos salvar el clima, al menos debemos salvar a la gente del clima. Esto implica una gigantesca operación de reparación, que incluye, por ejemplo, la reconstrucción de ciudades para proteger a los residentes de las olas de calor o la creación de llanuras aluviales para absorber las fuertes lluvias posteriores a las olas de calor.

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