EXPLICADO - Incendios forestales en Europa: ¿Qué los causa y cómo podemos combatirlos?


Europa y muchas otras regiones del mundo se enfrentan cada vez más a temperaturas récord, sequías y escasez de agua. Esto aumenta el riesgo de incendios forestales.
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Los incendios no sólo destruyen árboles y edificios, sino que también liberan partículas de hollín y gases tóxicos como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y CO2 , que son perjudiciales para la salud y alimentan aún más el cambio climático.
En la Unión Europea, la superficie total de bosques y otras zonas arboladas es de aproximadamente 160 millones de hectáreas . Esto equivale a casi el 40 % de la superficie total de la UE. Los incendios forestales no son nuevos, pero ya no solo afectan a las regiones tradicionalmente afectadas por incendios forestales del sur de Europa. Las regiones del centro y norte de Europa también se ven cada vez más afectadas. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, cada año se producen más de mil incendios forestales en la UE, que destruyen una media de 353 000 hectáreas.
¿Qué factores contribuyen a los incendios forestales?Para que un bosque arda, generalmente se deben cumplir varias condiciones: debe haber suficiente material combustible, suficiente oxígeno y suficiente energía de ignición.
En Europa y muchas otras regiones pobladas, los incendios casi siempre son causados por el ser humano, por descuido o incluso por incendios provocados. Las fogatas sin apagar o los cigarrillos desechados pueden provocar incendios. Los cables eléctricos también pueden generar chispas que incendian briznas de hierba o ramas secas. También existen causas naturales, especialmente los rayos durante las tormentas eléctricas.
El cambio climático también influye en los incendios forestales. El calentamiento y la creciente sequía contribuyen a una mayor intensidad de los incendios y aumentan el peligro de incendios. La temporada de quemas se está alargando. La cantidad de material combustible en los bosques está aumentando.
Los seres humanos no pueden modificar las condiciones naturales que provocan incendios, como la sequedad o el terreno. Sin embargo, cuando se trata de materiales inflamables y causas antropogénicas —como la vegetación susceptible al fuego, los edificios o el estado de las líneas eléctricas—, sí podemos intervenir para prevenir o contener futuros desastres por incendios.
¿Qué papel juegan los incendios en el bosque?Los incendios forestales obligan a los animales a huir y a quemar las plantas. Pero también tienen efectos ecológicos positivos. Los bosques a menudo dependen de ellos.
El fuego destruye la biomasa, incluidos los patógenos, y destruye muchas sustancias químicas acumuladas en el suelo, algunas de las cuales tienen un efecto tóxico sobre la vegetación. El suelo queda prácticamente esterilizado. Esto da a la naturaleza la oportunidad de reactivarse; el fuego inicia la regeneración forestal.
Nuevas plantas pueden establecerse en los claros, lo que a menudo aumenta la biodiversidad. Los conos de muchas coníferas solo pueden abrirse en estas condiciones, y las semillas solo germinan tras la exposición al calor de un incendio forestal. Por lo tanto, estas especies dependen de los incendios forestales para su supervivencia.
Los investigadores advierten que los incendios en Europa son cada vez más difíciles de controlar. Esto significa que las unidades locales de extinción de incendios están desbordadas y dependen de la ayuda internacional para extinguirlos.
Estos problemas afectan no solo a los países tradicionalmente afectados por incendios forestales del sur de Europa, sino también a los de Europa central y septentrional. Sin embargo, cuando los incendios se producen simultáneamente y durante un período prolongado en diferentes regiones, como ocurre actualmente, se dificulta compartir los recursos limitados. Se necesita una cooperación mayor y coordinada. La UE introdujo un nuevo programa hace dos años para proporcionar más personal a los países más vulnerables durante la temporada anual de incendios forestales.
Para extinguir los incendios, no sólo se despliegan unidades de extinción de incendios en tierra, sino también helicópteros y aviones de extinción de incendios para contener los incendios desde el aire.
Para detener los incendios forestales, también se crean claros: se limpia una franja de bosque de todo material inflamable o se humedece lo suficiente para evitar que el fuego se propague. Estas zonas de protección ayudan a reducir la intensidad de los incendios, permitiendo que los bomberos los combatan. Las grabaciones de cámaras infrarrojas ayudan a detectar las brasas restantes.
Los bomberos también exigen que se preste más atención a la lucha contra los incendios de vegetación en los países de Europa Central y del Norte. Argumentan que se necesitan mejores equipos de protección para el exigente trabajo al aire libre. Además, se necesitan vehículos todoterreno. Sin embargo, sobre todo, los expertos piden tácticas operativas coordinadas y un mayor intercambio en toda Europa. Ambas medidas deberían garantizar un despliegue más fluido de los diversos servicios de emergencia.
Pedro Sarmento Costa / EPA
Las llamas se convierten en un problema particular allí donde el bosque y los asentamientos humanos colisionan: en la llamada Interfaz Urbano-Silvestre (IUAF).
En zonas residenciales, las zonas verdes y los edificios son combustibles potenciales. Las cercas de madera, los arbustos y los árboles pueden convertirse en materiales inflamables. Los incendios también pueden propagarse rápidamente en pendientes pronunciadas. Los incendios pueden extenderse al jardín o casa contiguos, si el combustible lo permite.
Además, los fuertes vientos aumentan el riesgo de que las llamas se conviertan en un infierno. La ceniza incandescente puede provocar nuevos incendios. Las palmeras, por ejemplo, pueden producir numerosas brasas que el viento puede dispersar a kilómetros de distancia.
Las especies arbóreas altamente inflamables en los bosques plantean un problema particular. En Portugal y España se plantaron eucaliptos durante muchos años porque su madera se amortiza rápidamente como producto de exportación. Sin embargo, los pinos también pueden arder con explosivos. Un problema similar existe en el norte de Alemania, donde antiguamente se plantaron grandes cantidades de pinos y abetos. En Brandeburgo, el paisaje de pinares y brezales puede convertirse en un polvorín durante las sequías.
¿Cómo nos protegemos de los incendios forestales?El peligro que representan los incendios forestales no puede eliminarse únicamente con operaciones de extinción. Los incendios más intensos de los últimos años han demostrado que los bomberos en Europa están llegando a sus límites para extinguirlos.
Por este motivo, los investigadores y los bomberos afirman que es necesaria la cooperación de los silvicultores y agricultores, los planificadores, los políticos, los habitantes y los turistas forestales para garantizar que los incendios no siempre se conviertan en catástrofes.
En la mayoría de los países, los humanos son la principal causa de los incendios forestales. Por lo tanto, los cambios de comportamiento son un componente clave de la prevención. Es necesario extremar la precaución, especialmente en paisajes con vegetación altamente inflamable.
Es necesario concienciar más a la población sobre el creciente riesgo de incendio. Esto incluye no solo un aumento de las advertencias contra incendios, sino también la prohibición de hacerlo. Los incendios intencionales deben sancionarse. Un sistema de información y alerta bien desarrollado es esencial.
Los investigadores también abogan por la transformación de los bosques en bosques más mixtos. La silvicultura casi natural se considera una medida preventiva útil a largo plazo. Múltiples generaciones de árboles y diversas especies ayudan a reducir el riesgo de incendios, ya que la mezcla proporciona mayor humedad. Los monocultivos, por otro lado, pueden ser más susceptibles a los incendios.
Además, se necesitan más cortafuegos y zonas de amortiguación alrededor de los asentamientos —libres de madera muerta , ramas en el suelo u otra vegetación— para reducir la intensidad de las llamas. En primavera, por ejemplo, se podrían realizar quemas controladas para crear espacio y eliminar hierbas y arbustos inflamables.
Las urbanizaciones y las casas también necesitan estar mejor preparadas contra el riesgo de incendio. La ceniza incandescente suele acumularse en un mismo lugar durante el viento: entre las tablas de una terraza, en grietas o delante del revestimiento de la pared, y en el tejado. Las chispas también pueden saltar hacia un conducto de ventilación y caer sobre material inflamable. Las brasas pueden arder con facilidad y encenderse en un montón de mantillo.
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