Los ríos de Austria pierden agua: Greenpeace advierte

Los ríos de Austria han perdido agua drásticamente. Así lo demuestran los resultados de un análisis reciente de Greenpeace.
En 15 de los 18 cursos de agua examinados, se registró un volumen de agua promedio menor durante los meses de verano de 2000 a 2022 en comparación con el período comprendido entre 1977 y 1999. En Vorarlberg y Burgenland, los ríos han perdido hasta el 41 % de su agua. «No debemos ignorar esta señal de alarma», declaró el portavoz de Greenpeace, Sebastian Theissing-Matei.
La ONG ambiental comparó más de 78.000 mediciones de 18 ríos austriacos durante los meses de verano, de julio a septiembre, para determinar su caudal promedio y los niveles más bajos. En consecuencia, no solo el caudal en los ríos austriacos es generalmente menor en verano, sino que los niveles más bajos también son cada vez más bajos de media. Los niveles mensuales de estiaje han disminuido en 14 de los 18 ríos, en el río Pinka, casi un 60 %.
En el Burgenland Strem, se registró un promedio de 41% menos de agua en comparación con el período de 1977 a 1999, y en el Pinka, casi una cuarta parte menos. En Vorarlberg, el Lech está experimentando períodos particularmente secos, con un promedio de 16% menos de volumen de agua, al igual que el Rin, con un 12% menos. El Danubio, el río más rico en agua de Austria, ha perdido tanta agua fría en el período analizado como el Mur.
Según Greenpeace, los resultados se ajustan a la evolución general de los ciclos hídricos en Austria: muchos de los ríos más importantes del país transportaron menos agua durante los calurosos meses de verano que hace unas décadas. «El ciclo del agua es la base de toda la vida. Si continúa desequilibrándose, se verán amenazadas graves consecuencias para los ecosistemas, la agricultura y, en última instancia, para todos nosotros», declaró Theissing-Matei. Debido a la crisis climática provocada por el hombre, el clima y, por consiguiente, los ciclos hídricos y los ecosistemas vitales se están desequilibrando: por un lado, las lluvias torrenciales y las inundaciones son cada vez más frecuentes; por otro, se observan fases secas y de sequía más frecuentes.
El aumento de la temperatura del agua y la disminución de los caudales durante los meses de verano provocan nuevos impactos negativos en la vida acuática de los cursos de agua. Estos cambios afectan a las regiones de Austria de forma diferente, y la tendencia continuará en las próximas décadas. Por lo tanto, como sociedad, debemos actuar con decisión ahora mismo, declaró Thomas Hein, de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida (Boku). Greenpeace insta al gobierno y al ministro de Medio Ambiente, Norbert Totschnig (ÖVP), a que, entre otras medidas, se establezca un registro transparente de la extracción de agua, una estrategia hídrica, la tarificación de las extracciones por industria y una renaturalización más amplia de los ríos.
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